China ya no aguanta: rechazó las investigaciones antidumping que México inició contra productos chinos y amenazó con revisar aranceles e inversiones en el país. Un claro mensaje: cuando México ataca industrias extranjeras, la diplomacia paga la factura. El Financiero
Las indagaciones mexicanas apuntan a productos como tela recubierta de PVC, cinta autoadhesiva y pernos de acero, acusándolos de prácticas desleales. Pero China advierte que contra estas medidas activará sus propios mecanismos, amenazando sanciones y represalias económicas. El Financiero
Este cruce comercial no es un detalle aislado: revela el peligro que corre México cuando el poder nacional decide imponer medidas proteccionistas sin calibrar la reacción internacional. Las advertencias de Beijing sugieren que el país está entrando en terreno de desgaste diplomático y comercial.
Si la política exterior se construye con confianza y reciprocidad, estas tensiones muestran que México está actuando como potencia de bolsillo: imponiendo, presionando, y esperando que no le cobren los daños. Pero ahora China exige que el gobierno mexicano respete las normas de la OMC y que garantice los derechos de las compañías afectadas. El Financiero
Cuando la relación con uno de los socios más grandes cae en confrontación, las consecuencias pueden sentirse en inversión extranjera, cadenas de suministro y acceso a mercados clave. Esta es la factura diplomática que paga el gobierno por decisiones proteccionistas sin estrategia.
