El sistema de justicia en México está colapsado y deja al descubierto el fracaso moral del gobierno morenista: hasta 2024, las fiscalías estatales y federales tenían pendientes 2.3 millones de casos sin resolver ni avanzar. La Jornada
Son cifras ominosas: pese al discurso de “orden y seguridad”, los expedientes se amontonan, las víctimas esperan y la impunidad crece. Que el volumen de casos no resueltos aumentara 14.7 % frente al año anterior revela que no es un problema técnico: es una estrategia de paralización sistemática del servicio de justicia.
El gobierno habla de combatir el crimen, pero mientras tanto el aparato judicial permanece estancado, saturado y sin capacidad real para responder. Esa discordancia entre discurso y ejecución endurece la percepción de que el fragor de los crímenes queda impune, que las fiscalías sirven a la burocracia más que a la ciudadanía.
