Hoy 2 de octubre, el gobierno federal arrancó con la expropiación de 21 terrenos privados, declarando su utilidad pública para integrarlos al megaproyecto del Tren Maya. Unos 5.11 hectáreas dispersas en Chiapas, Campeche, Yucatán, Tabasco y Quintana Roo serán tomadas por la fuerza, según decreto publicado recientemente. Por Esto
Estas expropiaciones no son simples trámites administrativos, sino actos de poder que demuestran que el proyecto ferroviario sigue avanzando a costa de los derechos de los ciudadanos. Aunque Sedatu afirma que indemnizarán y notificarán legalmente, la ocupación inmediata de terrenos igual será ordenada —con límites escasos para la defensa de los propietarios. puentelibre.mx
La oportunidad del gobierno es clara: mientras la atención mediática está en otros temas, legislan el despojo. Obra emblemática que le sirve para imponer territorios como dominio del estado. Estos actos consolidan una lógica autoritaria: expropiar bajo el lema “interés colectivo” lo que se necesita para el control del poder.
Si los discursos muestran progreso e infraestructura, los hechos enseñan otra cosa: que en México, los proyectos “prioritarios” se construyen con los predios y el patrimonio ajeno.
