Claudia Sheinbaum eligió el silencio frente al mundo: cuando le preguntaron por el Premio Nobel de la Paz otorgado a la opositora venezolana María Corina Machado, la mandataria simplemente respondió “sin comentarios” y se escudó en la “soberanía y autodeterminación de los pueblos”. El Financiero
En al menos dos ocasiones durante su conferencias matutinas, medios insistieron, pero Sheinbaum decidió no emitir felicitación alguna. En lugar de celebrarlo como un reconocimiento mundial, prefirió una postura cauta, mientras otros líderes en América Latina no dudaron en condenar regímenes autoritarios o felicitar a Machado. El Financiero
Este silencio no es casual: evadir felicitar a alguien perseguido por defender democracia alimenta la sospecha de que solo respaldará aquellas figuras que no incomodan al poder. En el discurso morenista de “respeto entre naciones”, el silencio es la más fuerte de las declaraciones políticas.








