La recién aprobada reforma a la Ley de Amparo no solo debilita las garantías legales: está minando la confianza de los inversionistas internacionales, quienes ahora ven a México como un terreno donde las reglas se pueden cambiar al antojo del poder. La Jornada
Coparmex y otros organismos empresariales advierten que componentes como la redefinición del “interés legítimo”, restricciones a suspensiones provisionales y limitaciones para ampliar demandas representan retrocesos peligrosos para la seguridad jurídica. La Jornada
Cuando un país empieza a legislar retroactivamente o a cerrar puertas legales para compañías, los capitales toman nota. Inversores extranjeros podrían empezar a retirar sus recursos o frenar nuevos proyectos. Con esa sensación de arbitrariedad, México corre el riesgo de convertirse en destino de alto riesgo, no de oportunidad.








