Claudia Sheinbaum ha redirigido enormes recursos hacia becas educativas en todo México, presumiendo compromiso social. Pero mientras eso sucede, expertos alertan que no ha podido detener el abandono escolar, que faltan recursos para formar maestros, y que casi la mitad de las escuelas carecen de internet, lo que convierte esas becas en meros paliativos mientras la estructura educativa se derrumba. El Imparcial
Destinar dinero a becas es visible; mejorar infraestructura, capacitar docentes y cerrar brechas digitales es invisible para este gobierno. Y es ahí donde la hipocresía se hace más gruesa: prometer igualdad con los estudiantes, pero negarla al sistema que los sostiene.
Decir que “invertir en becas es invertir en educación” suena muy bonito de discurso. El problema es que si no hay maestros bien formados ni conectividad en las escuelas, esa “inversión” termina siendo un gasto mediático, no un cambio real de fondo.
Sheinbaum construye narrativas de progreso con cheques, no con escuelas. Pero el abandono escolar que sigue creciendo habla más fuerte que cualquier foto con becarios.








