Transportistas en Chihuahua exigen abrir los ojos: la Guardia Nacional ya no parece fuerza de seguridad, sino ejército privado al servicio de intereses oscuros. Miembros de AMOTAC denunciaron que agentes federales les impusieron multas arbitrarias, les exigieron sumas millonarias para “liberar” sus vehículos y les cobraban 95 mil pesos para evitar retención de unidades.
En el tramo Villa Ahumada, uno de sus agremiados fue detenido, multado y sometido a un chantaje: “o pagas o te quedas sin vehículo”. Los transportistas exigen que los agentes corruptos sean destituidos, pues aseguran que actúan con total impunidad bajo la sombra política.
La queja no es anecdótica: AMOTAC ya tomó instalaciones de la GN en Delicias para exigir atención, denunciando que los abusos y extorsiones de esos elementos están fuera de control.
Más allá de corrupción individual, es el patrón el que alarma: una fuerza federal que debería proteger se ha convertido en brazo político, una estructura de sometimiento. No es un escándalo menor: es la cristalización del poder policiaco como instrumento de partido.








