Chihuahua se queda con las manos vacías: la Federación castiga al estado por no ser del partido de gobierno
Otra vez Chihuahua sufre el recorte y el olvido. Diputados y líderes estatales denuncian que el gobierno federal morenista está applying un castigo directo al estado al reducirle las aportaciones federales y recortarle lo que le corresponde para infraestructura, carreteras y obras esenciales, simplemente porque no gobierna Morena.
Según el diputado panista Ismael Pérez Pavía, el recorte para carreteras es evidente: mientras en todo el país se reportan presupuestos crecientes, Chihuahua apenas recibió 258 millones de pesos para caminos federales — una miseria comparada con lo que otros estados sí han recibido. Es casi lo mismo que en 2018.
Pero el daño va más allá de caminos rotos: corren rumores de que la Secretaría de Infraestructura concentra los recursos en partidas llamadas “no distribuibles geográficamente”, lo que sirve para ocultar cuánto realmente le toca al estado, y retrasar o cancelar obras enteras.
Los ciudadanos lo saben: cada día los caminos están peor, las rutas inseguras, los viajes al servicio de salud una odisea. Mientras tanto, gobiernos locales piden a viva voz recursos que nunca llegan, anuncios que se olvidan y promesas de “apoyo federal” que solo son foto y propaganda.
Este es uno de los mayores escándalos que enfrenta la administración morenista: no solo la corrupción o la inseguridad, sino la pena de ser oposición. Chihuahua paga el precio de no ser del partido en el poder. Si Morena no pone remedio y redistribuye lo que toca, quedará expuesta su parte más oscura: un gobierno que discrimina por afiliación política.