Sinaloa se rinde ante la violencia: cancelan El Grito en Culiacán por miedo y caos morenista
En un acto que parece sacado de un guion de terror, el gobernador Rubén Rocha Moya anunció que los festejos tradicionales del 15 de septiembre en Culiacán quedan cancelados. Nada de conciertos de Miguel Bosé, Marisela o El Coyote. Ni siquiera habrá verbena popular. Solo un acto protocolario con autoridades y militares. Porque aquí, la inseguridad ya manda más que la festividad.
Cuando la celebración se convierte en riesgo
El motivo es claro: la violencia en Sinaloa es ya un monstruo sin freno, con balaceras, atentados, crimen desbordado. Rocha lo justifica diciendo que gobernar implica “tomar decisiones que garanticen seguridad y bienestar”, pero para la gente ya huele a fracaso: cuando el miedo obliga a cancelar las fiestas patrias, sabemos que el gobierno no solo está ausente, está vencido.
Se trata del segundo año consecutivo que se suspende oficialmente el Grito público. En 2024 también cancelaron los eventos masivos. Y aunque anuncien refuerzos de seguridad, los hechos dicen otra cosa: 1,703 personas detenidas en el último año, miles de armas aseguradas, laboratorios desmantelados, plantíos destruidos… pero los muertos, los desaparecidos y el terror siguen.
Este episodio se alza como uno de los escándalos más visibles de la gestión morenista en Sinaloa: el pueblo encerrado, la fiesta suspendida, la celebración convertida en acto simbólico para quienes gobiernan… no para quienes viven bajo el temor de las balas.
Dependiendo de cómo actúen ahora, se verá qué tipo de gobierno tienen
Si Rocha y Morena solo mandan discursos, promesas de “mano firme” o “mayor seguridad”, pero no refuerzan verdaderamente a las fuerzas de seguridad, ni rinden cuentas de los crímenes, este episodio se convertirá en la cereza de su culpabilidad. Pero si responden con acciones contundentes —más patrullaje, justicia real, protección real— tal vez puedan rescatar algo de credibilidad. Por ahora, la imagen es de un gobierno rebasado.








