Claudia Sheinbaum volvió a mostrar su estilo autoritario: durante un informe sobre las inundaciones, interrumpió a los presentadores para exigir que no mencionaran los municipios afectados. Así, pretende borrar la memoria del desastre y controlar qué debe saberse. enblancoynegro.com.mx
Mientras los damnificados esperaban que se reconociera la magnitud del daño, la presidenta impuso su censura verbal: “no nombren municipios”, ordenó. Con esa maniobra, pretende que el desastre no deje rastro local visible y que sólo existan daños abstractos sin rostro humano.
Actos como este no son cortesía del poder: son tácticas de borrado político. Si el dolor tiene nombre, puede escoger quién lo diga. En el informe inundado de excusas, el silencio forzado es la pieza más reveladora.








